El poder de un momento. Ese instante en el que te das cuenta de que algo no encaja, que algo te chirría. Crees haber perdido la capacidad de encontrar lo esencial incluso en lo más simple.
Dudas hasta de si alguna vez las cosas o tú alcanzasteis el equilibrio. La única certeza es que ahora lo necesitas para reconectarte con tu esencia.
Y sin saber exactamente cómo, de repente aprendes a valorar cada momento de una forma especial, a buscar tiempo de calidad y no de cantidad, evalúas tus prioridades y te pones a ti misma al frente de la lista. Empiezas a viajar más, lo haces sola y a lugares cuanto más remotos, mejor. Comienzas a caminar y a practicar deporte al aire libre, haga sol o caigan chuzos de punta. Y un día te ves haciendo trekking a la luz de la luna en vez de ir a la fiesta del colega de turno. Y es en todos esos contextos cuando, por fin, el oxígeno llena tus pulmones, porque antes no lo hacía. La naturaleza se convierte en una maldita droga de la que quieres más. Y más.
¿Sabes que dicen que los meteoritos encuentran la manera de acceder a la persona a la que están destinados? Quizá las propiedades magnéticas de tu piedra están haciendo efecto.
Metheoras han caído a tus pies para acercarte su origen cósmico, porque son aún más de lo que ya es una sandalia. Son desperezados amaneceres de yoga en las Islas Gili, días enteros de surf en Uluwatu y atardeceres de vóley-playa en Hawai. Son un paseo por el malecón de la Habana y esa divertida jornada fotográfica por los barrios de Brooklyn. Son también cada uno de los pedaleos de tu bicicleta hasta llegar a los Templos de Angkor y las horas de entrega en festivales de verano saltando y vibrando con la música.
Metheoras van donde otras sandalias no llegan, y lo hacen con estilo. Es el momento de dar el paso. Te lo agradecerás.
“Cosmos is the answer”